Reparación de interior de casa móvil: reemplazo de fondo rígido

Elegir selladores que:

sean compatibles con las superficies previstas;

permitan expansión diferencial y contracción entre materiales diferentes;

cumplan con los requisitos del código de seguridad contra incendios vigente (p. ej., barreras térmicas o de ignición); y

estén fabricados con pocos compuestos orgánicos volátiles (COV, por sus siglas en inglés) para usar dentro del límite de presión y que cumplan con los protocolos de prueba y verificación independientes.

Seleccionar materiales que:

cumplan con los requisitos del código de seguridad contra incendios vigente (p. ej., barreras térmicas o de ignición);

creen una capa de aislamiento continua cuando sea posible (es decir, tablero de aislamiento rígido); y

sean rígidos y soporten adecuadamente la carga aplicada, y constituyan barreras de aire permanentes.

Instalar material de soporte para tramos de más de 24 pulgadas, excepto cuando el material de la barrera de aire esté clasificado para abarcar una distancia mayor con carga (p. ej., viento, aislamiento).

El material de apoyo debe soportar las cargas aplicadas sin combarse, doblarse o fallar.

Cubrir la superficie completa con la menor cantidad posible de piezas de material rígido.

Cuando sea posible, colocar material rígido en la parte inferior de la subestructura cada 6 pulgadas con fijaciones mecánicas que penetren la subestructura un mínimo de 1 1/2 pulgada.

Utilizar sujeciones mecánicas que incorporen arandelas o topes que eviten que las piezas de fijación sobresalgan del material de la parte inferior.

Aplicar un sello continuo en todas las uniones, grietas, juntas, bordes, penetraciones y conexiones del material de la parte interior, y empujar con suficiente presión el sellador hacia los huecos o grietas para que entre en contacto con cualquier material de soporte o relleno requerido.

Instalar solo materiales incombustibles y selladores con aprobación de la ASTM E136 para estar en contacto con cualquier dispositivo que alcance temperaturas de 200 °F o más (chimeneas, conductos de ventilación, conductos de humos, etc.).